El Romanticismo es
un movimiento cultural y político originado en Alemania y en
el Reino Unido (Gran Bretaña e Irlanda del Norte) a finales
del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de
la Ilustración y el Clasicismo, confiriendo prioridad a los
sentimientos. Su característica fundamental es la ruptura con la tradición
clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. La libertad
auténtica es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es
incuestionable. Debido a que el romanticismo es una manera de sentir y concebir
la naturaleza, la vida y al hombre mismo que se presenta de manera distinta y
particular en cada país donde se desarrolla; incluso dentro de una misma nación
se manifiestan distintas tendencias proyectándose también en todas las artes.
Se
desarrolló en la primera mitad del siglo XIX, extendiéndose desde
Inglaterra a Alemania hasta llegar a otros países. Su vertiente literaria se
fragmentaría posteriormente en diversas corrientes, como el Parnasianismo,
el Simbolismo, el Decadentismo o el Prerrafaelismo,
reunidas en la denominación general de Posromanticismo, una derivación del
cual fue el llamado Modernismo hispanoamericano. Tuvo fundamentales
aportes en los campos de la literatura, la pintura y la música. Posteriormente,
una de las corrientes vanguardistas del siglo XX,
el Surrealismo, llevó al extremo los postulados románticos de la
exaltación del yo.
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