jueves, 3 de mayo de 2012

Autores más significativos del Romanticismo


Gustavo Adolfo Bécquer

Gustavo Adolfo Domínguez Bastida nació en Sevilla, el  17 de febrero de 1836 i murió en Madrid, el 22 de diciembre de 1870. Más conocido como Gustavo Adolfo Bécquer, fue un poeta y narrador español, perteneciente al movimiento del Romanticismo, aunque escribió en una etapa literaria perteneciente al Realismo. Por ser un romántico tardío, ha sido asociado igualmente con el movimiento posromántico. Aunque, mientras vivió, fue moderadamente conocido, sólo comenzó a ganar verdadero prestigio cuando, tras su muerte por Tuberculosis, fueron publicadas muchas de sus obras.

Bécquer escribía poesía, y los temes que más trataba en este ámbito eran el amor, la muerte y la creación poética. El ideal poético de Bécquer es el desarrollar una lírica intimista, expresada con sinceridad, sencillez de forma y facilidad de estilo.
Pero, aparte de su importante lírica, Gustavo Adolfo Bécquer fue también un gran narrador y periodista. Escribió veintiocho narraciones del género leyenda, muchas de ellas pertenecientes al género del relato gótico o de terror, otras, auténticos esbozos de poesía en prosa, y otras narraciones de aventuras. María Rosa Alonso encontró en ellas siete temas principales:

  • El oriental y exótico
  • La muerte y la vida de ultratumba
  • El embrujamiento y la hechicería
  • El tema religioso
  • Las inspiradas en el Romancero
  • Las de tendencia animista

José de Espronceda 
 
José Ignacio Javier Oriol Encarnación de Espronceda Delgado nació en  Badajoz, el 25 de marzo de 1808 i murió Madrid, el 23 de mayo de 1842. Fue un célebre escritor de la época del Romanticismo, considerado como el más destacado poeta romántico español.

Estudió en el colegio de San Mateo de Madrid. En 1823 funda junto a otros alumnos de Alberto Lista la academia del Mirto, para continuar con las enseñanzas del clausurado colegio de San Mateo.
Denunciado por sus actividades intelectuales en 1825 fue desterrado a un monasterio de Guadalajara durante cinco años.

Durante su estancia en el monasterio, y alentado por su maestro, el erudito y poeta sevillano Alberto Lista, comenzó a escribir el poema histórico El Pelayo en octavas reales, que dejó inacabado. Más tarde escribió la novela histórica Sancho Saldaña o el Castellano de Cuéllar. En 1840 escribió un tomo de Poesías que tuvo gran éxito y repercusión. Los temas de esta recopilación son el placer, la libertad, el amor, el desengaño, la muerte, la patria, la tristeza, la duda, la protesta social, etc.
Se considera a Espronceda el poeta romántico español por excelencia a causa de su talante byroniano. En efecto, su poesía presenta ecos de la de Lord Byron, sobre todo en sus dos poemas narrativos más extensos: El estudiante de Salamanca y el incompleto El Diablo Mundo, en el que se incluye el famoso «Canto a Teresa», dedicado a su amante Teresa Mancha, la chica de la cual Espronceda estaba enamorado.

Cuando Teresa Mancha murió, él se dedicó a la política y al periodismo.
José Espronceda murió a los treinta y cuatro años de garrotillo, cuando se iba a casar con Bernarda de Beruete.


Duque de Rivas

Ángel María de Saavedra y Ramírez de Baquedano, más conocido por su título nobiliario de duque de Rivas, nació enCórdoba, el 10 de marzo de 1791 y murió en Madrid, el 22 de junio de 1865. Fue un escritor, dramaturgo, poeta, pintor y político español.

Pertenecía a una familia aristócrata cordobesa. Realizó sus estudios en el Seminario de Nobles de Madrid y después ingresó en el Ejército. A pesar de su juventud se distinguió en la guerra de Independencia contra los franceses en 1808. Su amistad con Manuel José Quintana le orientó hacia las artes y la participación política liberal. Fue condenado a muerte por Fernando VII pero pudo huir.

 Marchó a Londres donde conoció la obra de Shakespeare, Walter Scott y lord Byron; después estuvo en Francia, Italia y Malta. En 1834 regresó a España, tras la muerte del rey y participó de lleno en la vida política; fue embajador en Francia, presidente del Consejo de Estado (1863) y director de la Real Academia Española, desde 1862 hasta su muerte.

El duque de Rivas se inició en literatura con un libro de poemas, Poesías (1814), de corte neoclásico, tal vez por la influencia del poeta español Manuel José Quintana. Pero, desde su estancia en Inglaterra se volvió un romántico vigoroso, primero apasionado y original, y en sus últimos años más convencional en el uso de la aparatosa parafernalia romántica.

En su larga oda Al faro de Malta (1828) establece la simbología de la luz del faro (liberalismo, romanticismo) que debe servir de guía y no perderse en el oscurantismo y métodos anticuados. El moro expósito (1834) sigue los caminos de Byron y su interés reside precisamente en haber sido introductor del estilo en España. Pero Ángel Saavedra es, ante todo, un dramaturgo; su drama Don Álvaro o la fuerza del sino (1835) sigue siendo la obra romántica por excelencia del teatro español. Está escrita en prosa y verso y en ella se mezcla lo clásico y lo cómico al estilo del teatro de Lope de Vega, pero en ambientes exóticos y con un argumento exagerado de muertes, pasiones y tragedias muy del gusto de la época y que dado el éxito de la obra, tal vez, hizo que el autor siguiera escribiendo en la misma línea. En cualquier caso la obra tuvo repercusión internacional y años más tarde el compositor italiano Giuseppe Verdi la usó como argumento para la ópera La forza del destino.



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