jueves, 16 de febrero de 2012

Garcilaso de la Vega

Biografía


Garcilaso de la Vega nació en Toledo, entre el 1494 y el 1503 (posiblemente en el 1498). Fue el tercer hijo de Garcilaso de la Vega (fallecido el 8 de septiembre de 1512, tres días después de otorgar codicilio), señor de Arcos y comendador mayor de León en la Orden de Santiago, y de Sancha de Guzmán, señora de Batres y de Cuerva. Sus abuelos paternos fueron Pedro Suárez de Figueroa, hijo de Gómez I Suárez de Figueroa y Elvira Lasso de Mendoza, hermana del primer Marqués de Santillana, y Blanca de Sotomayor (hija de Fernando de Sotomayor y Mencía Vázquez de Goes, a través de quien hereda el señorío de Arcos). Su madre, Sancha de Guzmán, fue hija de Pedro de Guzmán, señor de Batres (hijo del cronísta Fernán Pérez de Guzmán) y de María de Rivera. Quedó huérfano de padre y se educó esmeradamente en la Corte, donde conoció en 1519 a su gran amigo, el caballero Juan Boscán. Seguramente a este debió el toledano su gran aprecio por la lírica del valenciano Ausiàs March, que dejó alguna huella en su obra.

Garcilaso entró a servir en 1520 a Carlos I de España en calidad de miembro continuo de la guardia regia.
Aprendió griego, latín, italiano, francés, música y esgrima. En los años siguientes, Garcilaso luchó en la Guerra de las Comunidades de Castilla y fue herido en la acción de Olías del Rey; también participó en el cerco a su ciudad natal (1522); a finales de ese mismo año se embarcó, en compañía de Juan Boscán y Pedro Álvarez de Toledo y Zúñiga, futuro virrey de Nápoles, en una expedición de socorro que quiso (y no pudo) evitar la caída de Rodas en poder de los turcos; de nuevo resultó herido, esta vez de gravedad.

De vuelta a España fue nombrado caballero de la Orden de Santiago y en 1524 se enfrentó a los franceses en el cerco de Fuenterrabía. A su retorno a Toledo, contrajo matrimonio en 1525 con Elena de Zúñiga, dama de doña Leonor, hermana de Carlos I; por ello Garcilaso entró a formar parte del séquito de ésta. También tuvo un hijo antes de su matrimonio con una dama comunera toledana, Guiomar Carrillo, que reconoció de forma póstuma, Lorenzo Suárez de Figueroa, nacido hacia 1521.

Por entonces empezó a escribir sus primeros poemas según la estética de la lírica cancioneril, que pronto desecharía; además, ejerció un tiempo como regidor de su ciudad natal.
Garcilaso nos dejó una breve colección de poesías: 1 Epístola dedicada a Juan Boscán, 2 Elegías en forma epistolar, 3 Églogas pastoriles, 5 Canciones y 38 sonetos.

Estilo

La poesía de Garcilaso muestra una realidad estilizada, depurada. No utiliza metáforas complicadas ni recursos expresivos atrevidos.

En el aspecto métrico, prefiere el endecasílabo acentuado en sexta y, en menor medida, en octava.

El lenguaje es sencillo: busca la claridad y la exactitud descriptiva. Aunque abundante, la adjetivación no es excesiva.

Obra literaria

No publicó ninguna obra en vida; toda su producción poética la recoge Juan Boscán y la publica en 1542 junto con poemas suyos. En 1569 un librero salmantino publica por separado la obra de Garcilaso.

En 1574 "El Brocense" publica una edición en la que añade composiciones no incluida en la de 1543 y además se corrige el texto de acuerdo con un manuscrito perdido hoy; en una serie de notas va indicando las fuentes clásicas e italianas consultadas por Garcilaso. En 1577 revisa esta edición añadiendo algunas obras mas. En 1580, en Sevilla, Fernando de Herrera publica otra edición comentada.

El hecho de que Garcilaso use fuentes clásicas, posee un gran valor, pues es una forma de mostrar su sabiduría. Como señala Elías Rivers utiliza temas, formas métricas, recursos y géneros existentes en la tradición literaria: se observan modelos petrarquistas, influencia de los cancioneros italianos (Ariosto, Sannazaro), de poetas latinos (Virgilio, Ovidio, Horacio). Toda esta herencia se funde en la voz de Garcilaso en contenido y forma.

Agrupamos la obra de Garcilaso por géneros:

Cancionero petrarquista (formado por 40 sonetos y 5 canciones).

Ensayos epistolares (2 elegías en forma epistolar y la epístola a Juan Boscán).

3 églogas pastoriles.

En el Cancionero Petrarquista la canción 5a y última pertenecen a un genero distinto: Oda a la flor de Gaido - oda de tipo horaciano - Aquí podemos destacar la exploración de los estados del alma y el gusto por la naturaleza (grandes temas desarrollados por Petrarca). Podemos destacar el soneto X y el XXV que se consideran motivados por la muerte de Isabel Freire.

La lírica renacentista

Las relaciones políticas, guerreras, religiosas y literarias entre Italia y España desde la mitad del siglo XV, hicieron que existiera un amplio intercambio cultural entre estos dos países. El pasado de dos ilustres valencianos, Calixto III y Alejandro VI, sirvió para estrechar las relaciones culturales entre Castilla, el Reino de Aragón, Cataluña y Roma. En Italia se editaban o traducían las obras literarias españolas de mayor relieve, como el Amadís de Gaula, La Celestina, Cárcel de Amor o las composiciones poéticas de Jorge Manrique e Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, así como las compilaciones de producciones populares como los villancicos y los romances. Otro tanto sucedía en España con obras italianas, como la Jerusalén liberada, de Torcuato Tasso.
Estas relaciones hispano-italianas fueron muy importantes, ya que llevaron a la Península las inquietudes y gustos que propiciaron el Renacimiento español.

Estilo

El estilo de la lírica renacentista se caracteriza por:

• La naturalidad y huida de la afectación.

• Sintaxis regular y sencilla.

• Renuncia a latinismos innecesarios.

• No se dejan de lado ciertos artificios como el hipérbaton, la bimembración, las imágenes y metáforas de fácil comprensión.

Temas

Amor

Concebido desde el punto de vista platónico, es el tema renacentista más importante. Se continúa con la tradición de amor cortés, pero filtrado por el tratamiento que le da Petrarca y por el neoplatonismo del Dolce Stil Novo, que hace del amor el elemento cohesionador del cosmos. La mujer es ahora reflejo de la Belleza divina y camino de perfección hacia Dios.

Petrarquismo: En la lírica renacentista fue posiblemente el tema del amor el más tratado, concebido a la manera de Francesco Petrarca (1304-1374). Petrarca, con su Cancionero, ofrecía a los poetas renacentistas un modelo de diario poético autobiográfico que podría ser imitado. Dividió su Cancionero en poesías in vita y poesías in morte (vida y muerte de la amada, Laura), con un poema prólogo y otro poema que hacía las veces de epílogo. Este cancionero se consideró su diario poético autobiográfico, con la referencia absoluta a la amada Laura.

Neoplatonismo: Se trata de un concepto de raigambre filosófica que afecta al tema del amor renacentista.

Naturaleza

Como algo idílico, (Bucolismo: Que es una temática habitual de la literatura, la pintura y el teatro que se suele ambientar en lugares naturales rústicos como bosques y montañas, en cercanía de prados y agua, diálogos de temática amorosa y disputas musicales protagonizadas por pastores, a veces encubriendo personajes o historias de amor reales).

El Renacimiento concedió gran importancia a la descripción de la naturaleza, no por su valor intrínseco, sino por su relación con los sentimientos que en ella se desarrollan. Los poetas renacentistas tratarán el tema de la naturaleza haciendo alusión al tópico literario del locus amoenus (lugar ideal con una naturaleza vivificadora).
En este lugar idealizado aparece el deseo de una anhelada Edad de Oro (falta de injusticias, dolor, hambre, presencia de la eterna juventud), donde los pastores, las pastoras y las ninfas son los protagonistas.

Mitología

Los principales temas mitológicos recurridos por la lírica renacentista tienen en la Metamorfosis de Ovidio una clara fuente de inspiración. En la Metamorfosis, se toman seres mitológicos clásicos como símbolos de fuerzas y fenómenos naturales: amor es Venus, Marte es la guerra, Hércules la fuerza… así como de cualidades físicas, morales y experiencias humanas: la belleza está encarnada por Apolo, de igual forma que el orgullo por Ícaro, las historias de Apolo y Dafne, Orfeo y Eurídice, Dino y Eneas…
En relación con estos temas mencionados, existen varios tópicos renacentistas, tomados del mundo clásico algunos de ellos:

• El Carpe Diem, cuya traducción sería "atrapa el día" o "aprovecha el momento". Con él se aconseja el disfrute de la vida antes de la llegada de la vejez.

• La Descriptio puellae, descripción de la belleza ideal de la mujer.

• El Beatus Ille o alabanza de la vida del campo, apartado de lo material, frente a la vida de la ciudad, con sus peligros e intrigas.

• El Locus amoenus o descripción de una naturaleza perfecta e idílica.

• La Aurea mediocritas, gusto y satisfacción por lo sencillo, lo que se posee... frente al deseo desmesurado de riquezas

Características

La lírica renacentista busca la naturalidad y la sencillez fruto de una cuidadosa elaboración. Se incorporan palabras nuevas (cultismos) y progresivamente el lenguaje se va haciendo artificioso y cargando de elementos ornamentales. En éste género, será quizá, en el que mejor se perciban las tensiones entre formas medievales y renacentistas.

La imitación de los autores italianos trae consigo una revolución basada en estos elementos:

• Renovación formal que comienza con la práctica de endecasílabos y heptasílabos y continúa con la innovación estrófica.


Los cambios formales implican:

•  La adopción de nuevos géneros, algunos de ellos de estirpe clásica (canciones, églogas, epístolas, odas).

• La incorporación masiva de nuevos temas y motivos (amor petrarquista, mitología y temas clásicos expresados con la topica del carpe diem, beatus ille, etc.). En este punto se corrobora la síntesis de los viejos temas medievales del amor cortés (crueldad y belleza suprema de la dama, comportamiento codificado del amante) con los nuevos conceptos aprendidos de Petrarca y del dolce stil nuovo.

Por otra parte, Alonso Zamora Vicente trata de aplicar el concepto de “generación literaria” de Petersen a los poetas líricos del Renacimiento. De resultas que constituirían una generación liderada por Garcilaso, nacida entre 1481 y 1520, que tiene una formación común, un lenguaje generacional propio, una rebeldía contra la anquilosada generación anterior y que comparten una amistad personal y unas experiencias generacionales.
Sin embargo, este planteamiento no cuajó entre los historiadores de la poesía española del Renacimiento, y éstos prefieren postular la existencia de dos grupos:

• Los introductores del verso italiano: Sa Miranda, Boscán, Garcilaso y Hurtado de Mendoza.

• Los epígonos: Gutierre de Cetina, Acuña y Silvestre.

Más que plantear la renovación petrarquista española como una reacción contra el “anquilosado modelo” de la poesía de los cancioneros, sería mucho más exacto afirmar no sólo que ambas corrientes coexisten en la primera mitad del siglo XVI, sino que además se entrecruzan y entremezclan; aunque también puede defenderse con bastante fundamento que los “nuevos” poetas españoles evolucionan paulatinamente de la moda cancioneril al petrarquismo, visto entonces como etapa de madurez expresiva, y no como ruptura radical con el estilo anterior. Tal y como demuestra Rafael Lapesa con respecto a La trayectoria poética de Garcilaso.

Autores

Entre la lírica de los autores renacentistas se encuentran como más conocidos:

Garcilaso de la Vega: Natural de Toledo. Enamorado de Isabel Freire y casado con Elena Zuñiga. Ideal cortesano. Escribió la Epístola, Elegías, Églogas, cinco canciones (“La flor de Gnido”) y cuarenta sonetos.

Juan Boscán: Amigo de Garcilaso. Escribe Epístola a Mendoza.

Dentro de la literatura religiosa se encuentran autores como:

Juan Luis de León: Tradujo el Cantar de los cantares prohibido por el Trento, cuestionó la Vulgata, prefiriendo el texto hebreo de la Biblia.
Tenía rivalidades con teólogos y órdenes religiosas, por lo que permaneció cinco años en la cárcel.
Escribió en verso obras como Oda a la vida retirada, Noche serena, Oda a Salinas, Oda a Felipe Ruiz Profecía del Tajo.
En prosa escribió Los nombres de Cristo y La perfecta casada.

San Juan de la Cruz: Escribió Noche oscura del alma, Cántico espiritual y Llama de amor viva.
San Juan de la Cruz
Dentro del género teatral nos encontramos autores de la talla de Lope de Rueda, que escribe los pasos Aceitunas y La tierra de Jauja.

Cervantes: Escribe ocho comedias: Los baños de Argel, El rufián dichoso; ocho entremeses: El juez de los divorcios, La guarda cuidadosa, El vizcaíno fingido, El retablo de las maravillas, El viejo celoso, La cueva de Salamanca, El rufián viudo La elección de los alcaldes.

Introducción al Renacimiento

Renacimiento es el nombre dado a un movimiento cultural, que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Italia fue el lugar de nacimiento y desarrollo de este movimiento. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias.

El nombre «renacimiento» se utilizó porque este movimiento retomaba los elementos de la cultura clásica. El término simboliza la reactivación del conocimiento y el progreso tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, el interés por las artes, la política y las ciencias, sustituyendo el teocentrismo medieval por cierto antropocentrismo.

El desarrollo del Renacimiento, coincidió con el inicio de la Edad Moderna, marcada por la consolidación de los Estados europeos, los viajes transoceánicos que pusieron en contacto a Europa y América, la descomposición del feudalismo, el ascenso de la burguesía y la afirmación del capitalismo.

Ideología

El Renacimiento rompió, conscientemente, con la tradición artística de la Edad Media. Con la misma conciencia, el movimiento renacentista se opuso al arte contemporáneo del norte de Europa.

La mentalidad renacentista responde a la doctrina del humanismo, que se caracteriza por:

• La valoración del mundo grecolatino, en el que se busca una nueva escala de valores basada en el individuo.

• El antropocentrismo; el hombre es el centro del universo, capaz de dominar el mundo y crear su propio destino.

• Se antepone la razón al sentimiento y prevalece el equilibrio, la mesura y la armonía (Aurea mediocritas).

• El nuevo ideal del hombre es el de El cortesano de Castiglione, el perfecto caballero hábil como poeta y guerrero.

• Un nuevo ideal de belleza; la naturaleza, la mujer, el amor se presentan idealizadas. Se describe el mundo no como es, sino como debería ser.


Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional».